Y si notas que las comisuras de los labios te comienzan a doler por la postura de transparencia, saca la lengua, aprieta los ojos fuertemente, y ponte a imitar a un animal. Luego, ríete de tus ocurrencias. Alarga la mano, besa el dorso de quien te la estrecha. Pídele un baile o dos, canta en voz alta una melodía para la ocasión, equivócate en la letra o invéntatela directamente. Luego frena para reír de nuevo, o metiendo tus dedos por los labios del contrario, esbózale una sonrisa forzada. ¿Ves? Queda lindo si lo ves, o si lo fotografías en un instante y luego te ríes. Hay tiempo para todo y sin prisas por comenzar o acabar, por pensar qué va a suceder a continuación, por buscarle tres pies al gato y luego ser alérgica a ellos.
Ahora, ¿qué? ¡Corre, está lloviendo! Pisa fuerte la acera, quizás te encuentres con un charco y te salpique en los pantalones. Luego, tendrás frío en las piernas y temblarás. ¿Tal vez una carrera alivie esa sensación? ¡El último es un huevo podrido! Pierdo a conciencia porque siempre me he querido creer huevo podrido. ¿Alguien me pegará un bocado? O también, ¿por qué me he podrido? Seguramente porque no repararon en mí en la nevera, o porque siempre me iba de excursión entre los alimentos y nunca nadie me veía o también es posible que...¿Qué? ¿Revancha? ¡Venga ya!
Luego llegan los días de no vernos. Hoy compuse una canción sin ritmo para ti porque lo que siempre me dices es que la letra, la intención, y la ilusión es lo que cuentan. Escribo palabra tras palabra mientras una carcajada se escabulle entre mis dientes...¡Es horrorosa! Cuando la oigas preferirías no tener oído. Y huelo a ti de repente y me pongo a pensar en cómo tu pelo se metía en tu cara, y mi manía de peinártelo. Loco, siempre extraño. Me sorprendo llorando porque te extraño, y al mismo tiempo también sonrío porque te quiero. Me cubro con una manta, enciendo la televisión y dejo la guitarra, sus acordes, y sus partituras acostadas sobre el sofá. Mañana será otro día pues el hoy comienza a escasear.
Pero, sobre todo, ¿qué ocurre cuando algo va mal, como ahora? ¿Qué pasa cuando todo esto deja de existir porque llega el momento de crecer repentinamente? Pues sonríe porque una sonrisa es capaz de muchas cosas...Muchas más de las que te puedas imaginar.
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