Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.
25 de julio de 2011
hoy no sé ni lo que hago, tampoco lo necesito.
Mierda. Eso es, mierda a montones.
La mayoría la hecha por el culo pero otros, en su afán de protagonismo y sus ganas de llamar la atención (da igual que sea para bien o para mal) la suelta por la boca, cascadas de mierda escupidas entre labios que mejor estarían cerrados. ¡MIERDA! Eso sois algunos y ahí os podéis ir, ¡A la mierda!
De que mala hostia me ponen.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario