Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.

3 de julio de 2011

he ahí la cuestión.

 
Caer, levantarse a velocidad luz, y hacer como si no hubiese pasado nada.
Desaparecer. Sentirse tan vacio que hasta los pensamientos crean eco. Creo que se le llama subconsciente o algo de así. ¿Sabes? Cuando todo duele demasiado es cuando te das cuenta que algo, por absurdo y en cierta forma insignificante, lo has hecho mal, lo has jodido. Y no te preguntes porque o como ha pasado, es imposible ahora recolocar cada cosa en su sitio. La has cagado tantas veces que ya ni te atreves a admitirlo, y no sé que es peor, negar la evidencia o pasarla por alto. Sonreír y decirte a ti misma “palante” día tras día, aguantar lo que está a punto de caer, y aun así decir que podrías estar toda la vida sujetándolo. Desaprovechar una tras una las oportunidades, descalificarte voluntariamente del juego y aplaudir cada vez que alguien te hace daño. Y aun así decir que estas genial. Y lo mejor es cuando decides no volver a esperar nada de nadie, y de repente te prometen la luna… 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario