Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.

24 de septiembre de 2012

My little world.


Es curioso pero, a la vez, me invade cierto miedo darme cuenta de que estoy...tranquila. Tras haber caminado todo lo que ya queda en el pasado, regreso al comienzo, como si todo aquello que hoy poseo en mi corazón jamás hubiese sucedido, y quizás habría sido mejor así.Todo es ahora tan sencillo que, si tan siquiera yo deseara tapar con un dedo el sol podría hacerlo porque nadie me ha dicho que no puedo. De todas formas seguiría creyendo que si puedo, me hubieran avisado o no. Soy así de cabezota. Y lo mejor de todo es que he aprendido que un sueño es hermoso siempre y cuando alguien crea en él, como las hadas. Si se deja de creer eso no significa madurar, significa seguir ganando en el juego de perderse uno mismo.Cada día intento entender mejor el por qué de las cosas, siempre que sea de forma lógica, pero hay cosas que escapan a mi entendimientos. Situaciones que me tocan muy de lleno, desde lo profundo de mí, y realmente son las que me importan y por las que quisiera luchar. Pero, en esta ocasión, yo no era la que decidía y tal vez nunca llegue a comprenderlo, pero ya lo he aceptado. Paciencia, tiempo, y una gran sonrisa siempre en la recámara.Escribo, como veis, tras varios meses. He estado reflexionando lo que leéis hoy aquí, tampoco gran tema este pero sin embargo me ha hecho bien ponerlo todo en orden (una vez más). Los que me conocéis sabréis de sobra que, cada pequeño momento que vivo en compañía se convierte para mí en algo único, irrepetible, y me encanta recordarlo, comentarlo, y volver a reírme con lo que viví.Muchos creen que yo jamás creceré, que soy demasiado inocente, que la vida no es como yo la veo. Y yo hoy, a esas personas que creen eso, les digo... De lo que más orgullosa puedo estar de mí misma es que he conseguido transformar mi fortaleza y mi experiencia en una voz que, a la misma vez que sonríe con la mirada, con los labios enseña lo aprendido

6 de mayo de 2012

I was there.


Siento que es demasiado para mí, para lo que yo puedo soportar. Siento que todo esto me cae con fuerza y no lo puedo controlar, ni tampoco puedo evitar que suceda. Tengo miedo y necesito que me abraces, aunque no te conozca ni sepa cuál ha sido tu vida hasta hoy, solamente quiero sentirte cerca.

Es extraño. Había un mundo que nos esperaba, éramos dos burbujas en un pompero arrastradas por el viento hacia la misma dirección. Yo estaba allí para protegerte, para enseñarte que la fe de un hombre renace y muere, y que era tu momento de renacer. Puede que ya no confíes en los sentimientos como este, supongo que todos lo relegamos alguna vez, pero aquello fue real y sé que lo fue.

Tal vez no estuvieras siempre, desaparecieras, o simplemente te quedaras callado frente a mí, creyendo que así pasarías desapercibido, esperando a que pudiera olvidarte. Pero te equivocaste, y seguramente la misma mezcla de confusión y sorpresa que me atenazaba a mí en ese momento formara parte también de tu cuerpo. Y sí, te prometí muchas cosas sin palabras... Que todo pasaría, que seguiría estando ahí y aun hoy permanezco aquí. No me preguntes el por qué, porque no lo sé. ¿Esperanza, lealtad? ¿Quién demonios lo sabrá?

Supongo que ya nos hemos influido bastante el uno al otro durante demasiado tiempo. Y yo, a veces me pregunto qué será de mí cuando tú ya no pintes nada en mi vida, si es que ese momento llegara alguna vez a aparecer... Era tan sencillo todo cuando no intentábamos ser lo que no éramos. Pero aquello pasó, sucedió y si regresará o no es algo que depende casi completamente de ti. Yo lo tengo claro.

Te echaré de menos lo más seguro. Me acordaré de tu cara cuando no sabías muy bien de lo que te estaba hablando, de tu voz subiendo el tono cuando yo dejaba de hablar, de todo cuanto yo escribí que no ocurrió, y de los planes que hicimos por nuestra cuenta para que esto fuera bien como iba. Pero cuando un sentimiento no se dice, o se tiene en silencio demasiado tiempo, opta por marcharse sin esperar respuesta.

Quizás tú no seas capaz de percibirlo, pero está ahí. Como siempre, aunque para mí añadiré que también como nunca.


¿Confías en mí? Pues coge mi mano ahora...o nunca.


No verás el camino a menos que decidas caminar. No sentirás la suerte si no decides arriesgar. Esto es difícil pero tiene solución, aunque los sueños se rompan siguen siendo lo que fueron. Y las sonrisas, las palabras, los momentos en nuestro rincón favorito, ¿dónde están? ¿Dónde los escondió la soledad y por qué? Esto dejó de ser lo que era cuando tomamos la determinación de complicarlo todo, cuando de lo más sencillo pasamos a los reproches, las dudas, y la ignorancia por orgullo. Y ahora... Todo eso ha quedado atrás, tal y como se planeó.

Esto raya la ilógica, incluso cuando ya no hay nada más que destruir y quedamos rendidos encima de las cenizas del ayer. No debería haber sido así, y jamás debimos permitirlo, pero el cansancio y la desconfianza hicieron mella en nuestras aspiraciones y terminaron por desfallecer. No hay culpables, al menos quedémonos con esa tranquilidad de saber que ambos fallamos por igual. Tanto tus sueños como los míos se marcharon y ahora tan sólo queda continuar.

Fuimos injustos con quien nos apreciaba, con quien nos cuidaba a su manera. Le juzgamos cuando nosotros éramos los primeros en herir, en burlar a la sensibilidad y su ilusión por vernos sanados. Y ahora caigo en que, ¿para qué? Esas ansias por no sentir nada, por saborear más tiempo el amargo veneno del naufragio... ¿Qué nos ha reportado? Y lo peor es que parece que, por primera vez, no podemos volver hacia atrás.

Sé que no regresarás, que no volverás a ser aquel niño pequeño del principio que se sentía libre y que me hacía sonreír con su sencillez. No volverán los días mágicos en los cuales nos peleábamos por ver quién ganaba en inocentes guerras de ego, o cuando de lo más estúpido podíamos sacar un mundo del que opinar ambos por igual.

¿Verdad que te has ido y no vas a volver? ¿Verdad que me odias y que, en el fondo, todo esto fue solamente un juego para ti? Por una vez, me gustaría que fuese afirmativo. Así al menos uno de los dos podría seguir con su existencia, aun a pesar de que su escapatoria ha sido una excusa. Pero esto va a continuar así, ¿cierto? Cada día más cerca del abismo, cada día con el agua más al cuello, cada maldito segundo que pase más entre la espada y la pared debatiendo si ser sinceros, o seguir siendo indiferentes.

¿La mejor venganza? Ser feliz.



Después de unas historias, vendrán otras. Unas verán finales, otras comienzos increíbles y todo continuará aun a pesar de que no se esté de acuerdo con el cambio y se intente postergar... Tarde o temprano el tiempo ha de venir, y todo ha de seguir. Y yo, ¿qué quieren que les diga? Yo sigo la corriente.

Quizás por costumbre, por comodidad, o por simple pereza no he querido hasta el momento darme cuenta de que mi puesto no estaba en nada de lo que veía, ni en nadie que conociera. Tampoco había ningún sueño por cumplir que no hubiera sido borrado, cumplido u olvidado en el camino... Así que aquí me encuentro, respirando lentamente, sonriendo tímidamente, y presionando tecla tras tecla como movida por la inspiración, por el flujo emocional y las sensaciones dosificadas.

Siempre, por desgracia o por virtud, he sido una chica que tenía demasiado en cuenta sus sentimientos. Una corazonada para mí valía más que cualquier tesoro, y tan sólo por seguir tus dictados, arriesgué todo cuanto era y poseía... Tan sólo por una meta, un objetivo, por la culminación de un sueño. Perdí y gané en ocasiones, casi siempre andaba en equilibrio. Si algo no me satisfacía, lo dejaba pasar al igual que si algo tenía una segunda oportunidad se la daba y seguía luchando. Nunca he abandonado algo que me hubiera propuesto poner en marcha.

Así pues siento que ahora empieza una nueva etapa. Un cambio diferente y necesario que, espero, me lleve hasta nuevos horizontes, nuevas ilusiones y con fe renovada en mí misma. No me arrepiento de ni una de las palabras que escribí o dije, al igual que no reniego de los actos que cometí pues los hice en pos de un sueño. Yo, al menos, fui directa y clara en mis intenciones. Lo que los demás hicieran... Eso ya es historia.

5 de mayo de 2012

la magia de un pequeño teatro.



Tómame de la mano y huyamos. No, no para siempre. Tan sólo déjame mostrarte por qué prefiero sonreír, a qué altura están los sueños inalcanzables, o por qué el tarro de las galletas nunca lo pudiste encontrar... Te explicaré por qué me encanta el olor del mar, y por qué detesto las avispas. Mi mundo a cambio de un día, un rato. Sé que no es mucho, yo no lo elegiría como plan alternativo, pero espero que así traspases la cerradura de mi mirada y consigas ver a través, como un viaje muy efímero del que solamente te puede quedar el recuerdo.

Un teatro en medio del bosque, de repente, inundó mis sentidos con su historia. Tocaban una melodía triste y apagada, suaves telas azules oscuras y moradas emulaban al viento y a la oscuridad a ambos lados del pequeño tablón donde se iba a escenificar el acto. Un par de velas tenues y casi a punto de apagarse, lo iluminaban. Nadie había en escena, salvo una pequeña luna que descansaba en medio del escenario. Una luna de purpurina color violeta hecha de cartón. Por un instante, me sentí bien, atrapada por aquella magia que desprendía esa sencilla imagen.

-¡Mira, mira! Quedémonos a verlo.

-No me apetece. -. Dijiste de forma tajante al mismo tiempo que te girabas y comenzabas a marcharte, con los ojos fijos en el suelo, las manos en los bolsillos y a paso lento.

Corrí tras de ti. No tenía a nadie más en ese momento, ni aunque lo hubiese tenido, no quería dejarte marchar. No cuando estabas aquí, por mí. No era capaz de abandonarte, de no seguir cada uno de tus pasos. Te agarré de la camiseta por la espalda, luchando conmigo misma por no llorar o no parecer demasiado débil. Te diste la vuelta, quedando frente a mí, con el rostro serio e impasible. Conseguí dibujar una sonrisa un tanto forzada, y te rodeé la cintura con los brazos, abrazándome a ti con fuerza.

-Va, venga, tan sólo un poquito. Si accedes, prometo no pedirte nunca nada más.

Silencio. Supongo que lo tomé como un sí. Nos sentamos en la hierba, fresca y húmeda; tú con la espalda recta, y sin una expresión concreta en la mirada. Yo a tu lado, como los indios, o como los aprendices, o simplemente yo. Sin quererlo, reí bajito para que no pudieses oírme, para mis adentros. Lo había logrado.

Comenzó la función. La historia, trataba del valor que le damos a las cosas. Usaban metáforas tan atípicas como los astros, las estrellas, la tierra o el agua para relatar cómo se soñaba, o a qué sabe un guiño. Contaba la vida de un pequeño mago que vivía en un lejano reino. Antaño, había sido un chico alegre, despierto y aventurero. Con el paso del tiempo, y a causa del continuo embate de la vida, comenzó a no creer en nada, a crearse un mundo en el que poder echar la llave al pasado, y poco a poco fue marchitándose... Hasta que, un buen día, mientras dormía, se le apareció una pequeña niña, tímida y de andares gráciles. Se convirtió en su compañera, su amiga, su cómplice, y ambos pasaban las horas del sueño de él para poderse ver, jugar, o simplemente para hacer realidad aquellos deseos imposibles que perseguían.

-¿Eres real? -.Él muchas veces le preguntaba a ella.

-¿Por qué no iba a serlo? Si crees en mí, sin confías en mis palabras, yo siempre estaré contigo. -. Le respondía ella siempre.

-Pero, ¿y cuándo crezca? ¿Seguirás apareciéndote en mis sueños? -. Se apresuraba a decirle, antes de que pudiera huir de nuevo al avance del amanecer.

-¿Quién sabe? Yo seguiré existiendo para ti mientras tú me necesites.

-Es que no sé si necesito a alguien, no sé a quién necesito.

-Eso quiere decir que sí... Y me alegro de que haya sido un sí.

Esa fue mi parte favorita del teatro...

18 de marzo de 2012

Can you remember?


Supongo que no queda nada más que decirnos que el silencio. Nada más que intentar que permanecer en vilo, mientras todo y poco a poco va cobijándose en las alcobas del ser, esperando pacientemente a que la tormenta cese y todo regrese a su curso normal.

Ahora nuestros caminos parecen estar claros y supongo que ha llegado la hora de despedirse, desear suerte y continuar con la vida que hemos elegido. Lo único que me queda por pedirte es que me recuerdes de algún modo, que de vez en cuando pienses en mí cuando algo te alegre el día y no sepas a quién contárselo. Sólo con saber que harás eso podré enfrentarme a todo. ¿Qué cómo sé que lo cumplirás? Dejémoslo en que es una intuición.

¿Sabes? Ahora, cuando todo ya ha pasado me pregunto por qué continué, por qué seguí creyendo que podía ser posible aun cuando me dije y me repetí mil veces que aquella sería la última vez, la última palabra, el último instante… Lo que intento decir es que si en todo momento fui consciente de mis posibilidades y aun así quise intentarlo es porque, simplemente, y aunque lo veas como una tontería…Quise verte sonreír.

Ya no tiene sentido, lo sé, pero ese era mi secreto. Pensé que te sentías solo, creí sentirme como una ayuda para ti, pero no me di cuenta de que verdaderamente lo único que querías era aferrarte al pasado. Ahora ya sí lo sé, pero a base de sufrimientos, llantos innecesarios y tiempo perdido. De cualquier modo, doy gracias por haberme dado cuenta, aunque tarde, de la verdad.

Lo único que queda es bueno… Meter todo cuanto se quería, todo cuanto se sentía en una maleta, dar un primer y último abrazo, y adiós. Gracias por existir, eso siempre.

8 de marzo de 2012

Cuando se acabe el tiempo volveré.


Es curioso pero, a la vez, me invade cierto miedo darme cuenta de que estoy...tranquila. Tras haber caminado todo lo que ya queda en el pasado, regreso al comienzo, como si todo aquello que hoy poseo en mi corazón jamás hubiese sucedido, y quizás habría sido mejor así.

Todo es ahora tan sencillo que, si tan siquiera yo deseara tapar con un dedo el sol podría hacerlo porque nadie me ha dicho que no puedo. De todas formas seguiría creyendo que si puedo, me hubieran avisado o no. Soy así de cabezota. Y lo mejor de todo es que he aprendido que un sueño es hermoso siempre y cuando alguien crea en él, como las hadas. Si se deja de creer eso no significa madurar, significa seguir ganando en el juego de perderse uno mismo.

Cada día intento entender mejor el por qué de las cosas, siempre que sea de forma lógica, pero hay cosas que escapan a mi entendimientos. Situaciones que me tocan muy de lleno, desde lo profundo de mí, y realmente son las que me importan y por las que quisiera luchar. Pero, en esta ocasión, yo no era la que decidía y tal vez nunca llegue a comprenderlo, pero ya lo he aceptado. Paciencia, tiempo, y una gran sonrisa siempre en la recámara.

Escribo, como veis, tras varios días. He estado reflexionando lo que leéis hoy aquí, tampoco gran tema este pero sin embargo me ha hecho bien ponerlo todo en orden (una vez más). Los que me conocéis sabréis de sobra que, cada pequeño momento que vivo en compañía se convierte para mí en algo único, irrepetible, y me encanta recordarlo, comentarlo, y volver a reírme con lo que viví.

Muchos creen que yo jamás creceré, que soy demasiado inocente, que la vida no es como yo la veo. Y yo hoy, a esas personas que creen eso, les digo... De lo que más orgullosa puedo estar de mí misma es que he conseguido transformar mi fortaleza y mi experiencia en una voz que, a la misma vez que sonríe con la mirada, con los labios enseña lo aprendido.

7 de marzo de 2012

Que te den mundo, voy a ser feliz.


Estaba dentro de un coche, con los ojos cerrados y la cabeza recostada en el asiento. Curvas suaves y pequeños baches desplazaban mi cuerpo relajado y ausente de un lado a otro. Tras los párpados entornados veía el sol de media tarde ir escondiéndose poco a poco mientras iluminaba mi rostro e interpretaba para mí una danza de contornos rojizos y anaranjados. Ya podía seguir la vida, que yo me quedaba tranquilamente en esos segundos. Y por un momento había dejado de pensar, tan sólo escuchaba música, tamborileaba en mis rodillas con los dedos, y sonreía. Simplemente eso.

En ese instante pensé que tenía que narrarlo, aquella situación cotidiana pero tan especial, aquella sensación de viajar a través de lo desconocido sin preocupaciones más allá que de articular en mi mente qué pondría en este escrito y, ya veis, tampoco ha sido gran reflexión la mía. Porque cuando estaba en esa parte trasera del coche, con la temperatura ideal, con la canción exacta para ayudarme a desconectar, algo me dijo que debía contar cómo me sentí. Y sí, quizás no valga demasiado, pero fue una sensación que hace mucho que no vivía, sobre todo con esto del deber, y todo lo demás. Me alegró el día.

Ahora sé cuál es mi misión: Luchar. Lo que, dicen, que siempre se me ha dado mejor. Ser fuerte, quizás ahora más que nunca, y por una vez decir ESTE ES MI SUEÑO Y LO VOY A LOGRAR. Porque pienso hacerlo, ¿os lo había dicho antes?

22 de febrero de 2012

Inevitable.



Siento que es demasiado para mí, para lo que yo puedo soportar. Siento que todo esto me cae con fuerza y no lo puedo controlar, ni tampoco puedo evitar que suceda. Tengo miedo y necesito que me abraces, aunque no te conozca ni sepa cuál ha sido tu vida hasta hoy, solamente quiero sentirte cerca.

Es extraño. Había un mundo que nos esperaba, éramos dos burbujas en un pompero arrastradas por el viento hacia la misma dirección. Yo estaba allí para protegerte, para enseñarte que la fe de un hombre renace y muere, y que era tu momento de renacer. Puede que ya no confíes en los sentimientos como este, supongo que todos lo relegamos alguna vez, pero aquello fue real y sé que lo fue.

Tal vez no estuvieras siempre, desaparecieras, o simplemente te quedaras callado frente a mí, creyendo que así pasarías desapercibido, esperando a que pudiera olvidarte. Pero te equivocaste, y seguramente la misma mezcla de confusión y sorpresa que me atenazaba a mí en ese momento formara parte también de tu cuerpo. Y sí, te prometí muchas cosas sin palabras... Que todo pasaría, que seguiría estando ahí y aun hoy permanezco aquí. No me preguntes el por qué, porque no lo sé. ¿Esperanza, lealtad? ¿Quién demonios lo sabrá?

Supongo que ya nos hemos influido bastante el uno al otro durante demasiado tiempo. Y yo, a veces me pregunto qué será de mí cuando tú ya no pintes nada en mi vida, si es que ese momento llegara alguna vez a aparecer... Era tan sencillo todo cuando no intentábamos ser lo que no éramos. Pero aquello pasó, sucedió y si regresará o no es algo que depende casi completamente de ti. Yo lo tengo claro.

Te echaré de menos lo más seguro. Me acordaré de tu cara cuando no sabías muy bien de lo que te estaba hablando, de tu voz subiendo el tono cuando yo dejaba de hablar, de todo cuanto yo escribí que no ocurrió, y de los planes que hicimos por nuestra cuenta para que esto fuera bien como iba. Pero cuando un sentimiento no se dice, o se tiene en silencio demasiado tiempo, opta por marcharse sin esperar respuesta.

Quizás tú no seas capaz de percibirlo, pero está ahí. Como siempre, aunque para mí añadiré que también como nunca.

12 de febrero de 2012

rompiendo las reglas.


Es cierto. Quisiera que dejases de pensar por un instante que todo esto no es realidad, sino un hermoso sueño que en cualquier momento puede acabar, y que, sin dudarlo un segundo más, te entregaras, confiaras y sonrieras. No es más lo que pido, y nada más valioso que tu alegría me puedes regalar. Es un presente sin miedo, sin obligación de ser respondido. Un tesoro, que se suele decir.

No he terminado de alcanzar todos los posibles significados que el amor puede tener en conjunto y siento que jamás lo conseguiré. Pero esa meta, el hecho de no alcanzarla, no me frustra sino todo lo contrario, me alegra puesto que me demuestra, y me demuestro, que aún no he visto nada en ese sentido y que, por lo tanto, me queda tanto por vivir y por aprender...No ha pasado tanto tiempo del principio. No hemos dado ni dos pasos y aquí estamos, un poco más y un poco menos que ayer, unidos pero diferentes. Nunca imaginé que este par de predicados sin sujeto pudieran darse en armonía. Dos almas casi tan idénticas como dos gotas de agua, pero cada gota tiene una historia, y eso es lo único que las diferencia. Pero, al mismo tiempo, también las puede complementar.

¿Cuánto se ha hablado sobre él? ¿Para cuántos libros ha dado este tema qué hablar? ¿Cuántas enrevesadas teorías se han escrito acerca de lo que es el amor, cómo conseguirlo, cómo recuperarlo, o cómo mantenerlo? Pero nunca nadie lo conocerá completamente. No importa cuántas ideas nazcan, cuántos temas surjan... El amor es un ente cambiante, tiene ciclos y estos se modifican según sea la persona en la que conviva. Hace madurar en el mejor de los casos, aunque también se vuelve posesivo y ruin cuando no se le entiende, o se le obliga a manifestarse. Por eso, lo poco que se conoce de él, es así porque lo hemos vivido, y sentido, sufrido y perdido. Aunque también ganado y aprovechado.

Este texto quiero dejar claro que va dirigido para un hombre. Un hombre que jamás me ha cuestionado, sino que ha confiado en mis locos métodos, que me ha amado tal cual soy y ha respetado mis errores y defectos sin ni siquiera querer cambiarlos. Un hombre al cual amo.

4 de febrero de 2012

día más, día menos


Respiro profundamente. He intentado sacar conclusiones de la situación en la que vivo actualmente. Nada. No me sorprende. No hay nada dentro de mí. Ya no sé llorar, y eso me hace ser insensible. Ya no se reír, y eso me convierte en un témpano de hielo. Que ría o que llore ahora no significa que sepa hacerlo, simplemente lo hago y no sé por qué, ni cómo.

Mi apuesta más firme en la actualidad es la evasión, la evasiva del deber y el creer. Respondo a las tentativas de la sociedad sin juicio ni reflexión anterior alguna sino que, simplemente, me limito a decir palabras inconexas que cazo al vuelo de la diafanidad de mi cerebro. Nadie las entiende porque no siento que quiera decir nada. No quiero decir nada.

Escribo, como siempre, como salvavidas en este naufragio sentimental. En una isla desierta sin querer preguntarme si alguien se preocupará porque no estoy entre ellos, por si estoy bien o me estoy muriendo. Y así es. Me estoy dejando morir. La visión del guerrero del pasado ya es solamente un sueño, algo que para mí jamás fue real. Mi arma se ha perdido y ahora se habla de ella como si del Santo Grial se tratase. ¿Dónde está, cuál fue, a quién derrotó y a quién perdonó la vida? Ya no importa. Es más, dejó de importar hacer mucho.

Si algo he aprendido de la vida, a buen seguro lo he olvidado. Ya no quiero tener nada que ver con lo que me rodea, tampoco con lo que no conozco. Me reservo para la observación y poco más porque si siento, se me acusa de mentir. Si sonrío, se me acusa de falsedad. Si hablo, de incongruencia e ignorancia. Si lloro, de debilidad. Pero si observo, de nada soy culpable. Si estoy de pie sin nada más que hacer, no soy criminal de la existencia.

nada es imposible


Respiro tan hondo como me permiten mis pulmones. Paz, gracias a Él, entre otras muchas cosas. Todo ha cambiado para ambos, y ahora nos complementamos como si todo se resumiera en una cadena de acciones y repercusiones en la que los dos colaboramos por igual. Hay respeto y mucho entendimiento verdadero. Ni reproches, ni existe pasado. Es partir desde aquí, con confusiones, pero felices por la perspectiva que se nos presenta en este comienzo. Y, cómo no, amor. Lloverá pero nuestra fortaleza en compás simultáneo será el refugio perfecto para pasar por debajo sin mojarnos siquiera. También habrá enfados, o caras amargas, instantes de debilidad y pasos en falso, pero nosotros las contaremos como pruebas, o como anécdotas, nunca demasiado importantes como para dañarnos. Nada hoy existe en el mundo que sea capaz de romper, o incluso rozar maliciosamente nuestra coraza, la primera buena acción que hemos hecho.

Cada uno, y hablo de ti y de mí, hemos pasado por malos tragos a lo largo de lo que llevamos vivido, solos o en compañías, y sentíamos que no éramos escuchados por mucho que alzáramos la voz. Nadie se escucha, ni se quiere oír. Nadie se encuentra porque tampoco se quiere buscar. Sin embargo, en ti está el ejemplo palpable de que no todas las almas son igual de conformistas y vacías, sino que caminan, van vagando por el mundo, analizando cada movimiento y cada reacción para acoplar a su carácter nuevas capas de lecciones en las que no caer, o volver a recaer por diversión. Ahora hemos de dejar atrás el hastío que nos envolvió antaño y abrir de par en par los ventanales de nuestros cuerpos para que entre el oxígeno, la luz y la ilusión, todo aquello en lo que ayer no creíamos, que no imaginábamos que realmente existiera y que hoy, gracias a la respiración de UNA ÚNICA PERSONA, ha cobrado vida y ha articulado su primer deseo: Eternidad, desde aquel día, hasta el final del camino. ¿Qué hay más emocionante que eso? Otras personas piensan que el amar, el estar en consonancia con otra persona, son unas cadenas demasiado gruesas para pretender vivir una vida normal, haciendo todo lo que se desea, como y cuando se desea, dar explicaciones estúpidas, vetarse lugares y frecuencias...¡Ignorancia! No tiene por qué ser así si así no queremos que sea. Si predomina la confianza, como quiero pensar que es el caso, todo lo demás es posible de hacer, se puede ser libre siendo amada (o amado), se puede una (o uno) divertir si esa otra persona también se lo pasa bien (esté o no presente físicamente), y no siempre será así, sino que también habrá tristeza y momentos de ánimo mutuo. Como veis, todo es necesario.

La vida se resume en lo que nosotros queramos; amor, amistad, fiesta, riesgo, pesimismo, optimismo, solidaridad... Cada uno solidifica su sendero y sus pisadas en base a lo que desea, a lo que quiere ser. Yo he decidido que, por ahora y espero que por mucho tiempo, esta sea mi manera de ver y vivir la vida.

30 de enero de 2012

broken butterflies


Y yo no quería y terminó sucediendo. A base de tener que enfrentarme a mis miedos, ya no le temo a nada, ni siquiera al dolor, al silencio, a la soledad o a envejecer sabiendo que todo ha estado y seguirá estando vacío en mi vida. Y seguramente esto lleve su tiempo, como todo, por desgracia.

Es más fácil levantarse, que rendirse. Rendirse suena demasiado bien, pero por eso es una trampa. Por otra parte, alzarse, vivir cada día estés como estés, bien o mal, es demasiado duro. Cuesta imaginar que todavía quedan muchos años más por delante para seguir haciendo lo mismo una y otra vez. Eso no estaba en el contrato, eso nadie me ha preguntado si yo lo prefería o cuál era mi opinión al respecto, mas ahora caigo en la cuenta de que, de todas formas, aunque la gritara aquí mismo o donde fuese, ¿a quién le iba a importar?

Sigo escribiendo casi por inercia, y no por inspiración. Crear, imaginar, soñar, se han convertido para mí en tabúes que no me atrevo a pronunciar. Por si acaso se cumplieran, o si saliesen mal, es mejor no tentar lo que no está definido por si se volviera en tu contra.

Me siento completamente rota. Lo sé porque no siento nada, como si me faltara un brazo, una pierna, el corazón, la dignidad... Como si estuvieran mis trozos repartidos por Dios sabe dónde, y lo único que se me hubiera permitido tener fuera hilo y aguja aun sin saber coser. He de aprender, capto la indirecta. Pero me fallan las fuerzas, las ganas y el ánimo. Me falla el aliento, que se entrecorta como si fuera una interferencia que no se alcanza a captar bien. Incluso he empezado a descubrir que también me falla la visión, porque últimamente tiendo a ver cosas positivas, donde solamente hay cabida para una afrenta, una mala palabra, o una desilusión. Y tengo gafas, pero no consigo distinguir con claridad lo que es conveniente y tóxico, lo que es mejor que esté a kilómetros y lo que debería estar a centímetros. No sé de proporciones equilibradas ni mucho menos...De esto último no existe casi nada, por lo que he alcanzado a averiguar. Bueno es saberlo, aunque tarde, como siempre, por desgracia.

¿estás lista?



En una unión consonante es en la que las personas consiguen el máximo de falsedad en un tiempo récord. La dureza de las máscaras que portan sobre sus caracteres aumenta, y el color y la expresión que adoptan incluso me llegan a dar pánico si me aventuro a observarlas detenidamente o, siquiera, fijamente. Pero así es siempre. Te afanas por conseguir crear un lugar seguro entre tus brazos, y crees ciegamente en la pureza del alma de los que, de forma ajena, se acercan a ti cuando te entregas por completo, pero caes de nuevo en la ingenuidad de siempre.

Cual ave intempestuosa, abocada a la libertad, alzaré mis alas al viento y marcharé, como siempre, sin mirar atrás. Allá adelante me espera algo prometedor, si no grande, quiero pensar, mas es un detalle sin importancia, sobre todo cuando las ansias por escapar me ciegan y sé que es imposible el regresar. He olvidado en mi pasado aquello que yo pensaba que era mi vida y su forma angustiosa de ver los pequeños toques que nos pasan día a día.

Cuando se atrevan a juzgarte como persona sin preguntar tu opinión o lo que tú puedas sentir, cuando crean conocerte y levanten juicios de valor acerca de si mereces la pena o no sea cual sea el rol que te pongan como etiqueta en sus vidas, y cuando intenten guiarte por una visión de la vida errónea a tu parecer y demasiado extraña para, como mínimo, comprenderla... En ese mismo momento te darás cuenta del nivel de imperfección y tristeza como raza que te da tu especie. Intentas diariamente entender por qué se mueve en esos círculos viciosos, en esas mentiras políticamente correctas, y por qué te convidan a entrar en un baile macabro en el cual no pediste invitación. Formas parte de esa masa de morbo y especulación de una manera indirecta, y aunque pienses que no ha entrado su veneno en tu cuerpo, tus venas mismas están hechas de la misma ponzoña con la que los demás te impregnan si pasan por tu lado y te rozan. Escapar es inútil y de esa impotencia que surje cuando, finalmente, terminas por enterarte de la sinopsis del juego, es de la que nace la fuerza, la resistencia, la entereza y la determinación de mantenerte en tu puesto aun cuando se lancen piedras contra ti, cuando se cuestione tu filosofía, cuando se critique tus reglas de supervivencia y cuando se atrevan a juzgarte cuando son, si cabe, más imperfectos que tú. Eso es lo que más les enfada y, curiosiamente, lo que mejor sé hacer.

29 de enero de 2012

28 de agosto de 2011


 Ese momento cuando besas a alguien y desaparece todo lo que tienes alrededor y lo único que existe eres tu y esa persona. Y te das cuenta de que esa persona es el único hombre al que debes besar el resto de tu vida y sientes por un momento algo realmente asombroso y quieres reir y también llorar. Te inunda la felicidad de haberlo encontrado y te invade el temor de perderlo al mismo tiempo.

Callate, tapate los oidos fuerte fuerte, muy fuerte. ¿Oyes lo mucho que te quiero?

 Solo buscaba aquel momento de tranquilidad en que todo me resbalara , en el que nadie me pudiera joder, el unico momento en el que podia descansar de este puto mundo que no hace mas que joderme , ayudame a buscar la salida , ayudame a volar alto , muy alto , a tres metros sobre el cielo , donde nadie nos diga que hacer , ni que nos puedan criticar a las espaldas.. te quiero a ti , y todo me da igual.

Te quiero, y sólo eso.

24 de enero de 2012

Dear Tinkerbell.


Querida yo de 15 años:

Aquí estoy. Jamás creíste que llegarías a los veinte, ¿cierto? Porque, ¿cuántas veces pensaste en abandonar, en marcharte, en cruzar al otro lado? ¿Cuántas veces quisiste hacerlo pero la cobardía no te lo permitió? Y seguiste rezando porque todo acabara, porque todo tenía que tener un fin justo cuando tú quisieras, pero no lo tuvo.

Nos han pasado muchas cosas en estos 5 años. Te has enamorado y te han herido en incontables ocasiones, pero aún hoy sigues creyendo y has encontrado a alguien que por fin te llena del todo ese hueco que te dejaron los otros al marchar y es casi como si fuera el primer día de tu vida, el primer día en que te enamoraste, aun que te quedara todo por aprender aun. Has perdido a amigos, pero hoy crees que tan sólo fue parte de la búsqueda de aquellos que eran los verdaderos. Te engañas porque es lo único que te hace sentirte bien y no culparte. Aún le echas de menos, aunque el tiempo no haya parado y su recuerdo cada día se vaya dispersando más en tu memoria... Pero tú sigues creyendo que van a regresar, que todavía sigue de viaje. Un viaje que normalmente duraría horas, ellos lo estan convirtiendo en años por hacerte enfurecer, simplemente.

Has llegado a una etapa de tú vida que no esperabas. No obstante, esta también es interesante, pero te sientes vacía. En tu familia los puntos muertos se han convertido en abismos. No se acuerdan de ti, ni tú de llamarlos. Porque sigues siendo la niña rebelde del pasado que se creía invencible pero todo el mundo puede hacer que tus lágrimas afloren. Eres fuerte, o eso crees, y cada día, de cada semana, de cada mes, de cada año, alguien te dice aquello que no quieres oír, o callan aquello que anhelas escuchar, o te olvidan, o se marchan. O, como sucede últimamente, todo a la vez.

¿Que si es todo más difícil? No especialmente, aunque sí diferente. Descubrirás que esa guitarra que ahora están muriendo entre el polvo en el rincón al lado de tu mesa de estudio, mañana se van a convertir en tus amantes, en tu puerta directa hacia los sueños. Tus males se verán pequeños, tu llanto se tornará sonrisa, incluso el más oscuro de tus días se iluminará y cobrará un sentido inesperado. Y tu voz que por entonces tú piensas que no vale nada, irá mejorando si la entrenas cada día con un toque de música hasta que llegue el momento, como me sucede a mí, que cada vez que algo te hiere, en silencio te meterás en tu cama cuando venga la noche, y cerrando fuertemente los ojos te cantes suave hasta dormirte.

No es la mejor vida del mundo, ya lo sé, pero igualmente merece la pena vivirla. Dentro de 5 años, si quieres, volvemos a hablar.

12 de enero de 2012

Sucker Punch



Cada uno de nosotros tiene un ángel. Un guardián que nos observa. No podemos saber qué forma puede tomar. Un día, un viejo... al siguiente, una niña... Pero no dejes que te engañen las apariencias: puede ser tan feroz como un dragón. Sin embargo, no está aquí para pelear nuestras batallas. Sólo para susurrar en nuestros corazones. Recordándonos que somos nosotros, cada uno de nosotros quien tienen el poder sobre el mundo que creamos.

Puedes creer que los ángeles no existen. Convencerte a ti mismo que no son reales... Sin embargo, ellos aparecen en los lugares más extraños y en los momentos mas insólitos. Pueden hablar a través de cualquiera, incluso, si es necesario, a través de demonios. Desafíandonos, retándonos a pelear...

Deja que el dolor desaparezca. Deja que el sufrimiento desaparezca. Deja que la culpa desaparezca. Ahora imagina como sería. El mundo que conoces puede ser un lugar tan real como cualquier sufrimiento.

Si no bailas, no tiene sentido. No podrás estar aquí. No sirves para nada. ¡Tu lucha por la supervivencia comienza en este instante! Si no quieres ser juzgada, no les des razones para ello. ¿No crees que eres suficientemente fuerte? Bueno... sí lo eres. Tienes miedo. No lo muestres. Tienes todas las armas necesarias. Así que ahora... ¡Lucha!

11 de enero de 2012

polvo de hadas


No sé por qué. ¿Por qué? Quisiera saberlo. Una explicación, al menos un simple motivo. Hazme ver que todo ese llanto tuvo una razón de ser, una finalidad. Si querías alejarme, si querías hacerme daño...Buen trabajo. Ahora, dime tu excusa y, aunque no te prometo entenderla, sí puedes estar seguro de que desapareceré. Será como si nada de esto hubiese pasado, como si yo no existiera y tú no hubieras existido para mí.

Entre mis sábanas, mis manos y la fuerza de mi corazón, mi escudo se debilitó. Creí perder el norte, apreté los ojos, y contuve mi dolor. Y así, llorando, el cansancio consumió mi luz y acabé durmiéndome. Soñé cosas grises, la soledad se hacía persona en cada esquina. Estaba yo, siempre yo, rodeada de gente que descargaba contra mí su venganza, su odio acumulado, la negrura que no podía liberar de otra forma. Sentí así que, poco a poco, Campanilla moría...

Hay algo que debes saber. Por pequeña que parezca, aunque pierda su magia, aunque caiga y ya jamás pueda volver a elevar el vuelo... Seguirá siendo hermosa, incluso muchos hallarán un hechizo en su belleza. Aunque el hombre intente dañarla, eclipse su destino y la obligue a ser parte del resto, ella permanecerá sonriente, y así seguirá siendo eterna. No obstante, como todo alma perecedera, necesita ser cuidada, protegida y respetada por todo lo que es, que se vele por ella cuando cierre sus ojos y se disponga a soñar. Pero, sobre todo, que no se le pida nada a cambio pues únicamente posee lo que se aprecia a simple vista. Si eso es suficiente para ser motivo de felicidad para alguien, ella se entregará sin reservas...Hasta entonces, el cuento seguirá siendo fantasía y su sufrimiento continuará siendo su sino.

Por eso ahora... dime tu por qué.


5 de enero de 2012

sigue las flechas


Tan ciega para ver mi propia realidad, pero tan consciente de las historias de los demás. Tan despreocupada de mis sentimientos, relegando cada alegría incipiente con la esperanza de volverla a hallar justo donde la hice esperar. Y, mientras tanto, los días siguen su curso, oigo los problemas ajenos y todo mi esfuerzo se detiene en dibujarles una sonrisa. No tengo nada más, pero no me quejo por ello, es algo que no tengo reparos en hacer.

Hace unos días alguien me dijo “¿Y tú? ¿Para cuándo tú?”, a lo que yo respondí “Siempre es yo, aunque pueda no parecerlo”. La palabra YO para mí no incluye egocentrismo, ni egoísmo, ni indiferencia hacia el resto. No me importa si me siento sola, si me enfado con alguien, o si me preocupo por algo... Eso no es dedicarme tiempo, es simplemente ser persona. Ahora, recuerdo bien la cara de felicidad que esa persona me regaló. Lo había comprendido.

Posiblemente, ¿quién sabe? Quizás en algo sí llevase razón. ¿Tan vacía me siento que dedico mi vida a llenarme de todo menos de mi entusiasmo, mi ilusión y mis sueños? ¿Acaso poseo algo que se pueda asemejar a algo así? Otra vez lo vuelvo a hacer... ¿Cuándo aprenderé?

Esto sigue creciendo, y al compararme con el pasado, un referente siempre fiable para mí, veo más nítida que nunca aquella alegoría que, de pequeña, solía equipararme cuando escribía... Estoy hecha de retales de cuentos, de esperanzas, pero también de errores y enseñanzas. Soy una mezcla de prejuicios, timidez y determinación. A veces quisiera ser un poco más como la mayoría, ser una triste copia de alguien... Muchos creen que ya lo soy, y son precisamente aquellos que no me conocen. Podré gustar, no gustar... Pero si dices mi nombre en cualquier lugar, siempre habrán oído hablar de mí. Eso significará que habré dejado...¿huella?