Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.

22 de febrero de 2012

Inevitable.



Siento que es demasiado para mí, para lo que yo puedo soportar. Siento que todo esto me cae con fuerza y no lo puedo controlar, ni tampoco puedo evitar que suceda. Tengo miedo y necesito que me abraces, aunque no te conozca ni sepa cuál ha sido tu vida hasta hoy, solamente quiero sentirte cerca.

Es extraño. Había un mundo que nos esperaba, éramos dos burbujas en un pompero arrastradas por el viento hacia la misma dirección. Yo estaba allí para protegerte, para enseñarte que la fe de un hombre renace y muere, y que era tu momento de renacer. Puede que ya no confíes en los sentimientos como este, supongo que todos lo relegamos alguna vez, pero aquello fue real y sé que lo fue.

Tal vez no estuvieras siempre, desaparecieras, o simplemente te quedaras callado frente a mí, creyendo que así pasarías desapercibido, esperando a que pudiera olvidarte. Pero te equivocaste, y seguramente la misma mezcla de confusión y sorpresa que me atenazaba a mí en ese momento formara parte también de tu cuerpo. Y sí, te prometí muchas cosas sin palabras... Que todo pasaría, que seguiría estando ahí y aun hoy permanezco aquí. No me preguntes el por qué, porque no lo sé. ¿Esperanza, lealtad? ¿Quién demonios lo sabrá?

Supongo que ya nos hemos influido bastante el uno al otro durante demasiado tiempo. Y yo, a veces me pregunto qué será de mí cuando tú ya no pintes nada en mi vida, si es que ese momento llegara alguna vez a aparecer... Era tan sencillo todo cuando no intentábamos ser lo que no éramos. Pero aquello pasó, sucedió y si regresará o no es algo que depende casi completamente de ti. Yo lo tengo claro.

Te echaré de menos lo más seguro. Me acordaré de tu cara cuando no sabías muy bien de lo que te estaba hablando, de tu voz subiendo el tono cuando yo dejaba de hablar, de todo cuanto yo escribí que no ocurrió, y de los planes que hicimos por nuestra cuenta para que esto fuera bien como iba. Pero cuando un sentimiento no se dice, o se tiene en silencio demasiado tiempo, opta por marcharse sin esperar respuesta.

Quizás tú no seas capaz de percibirlo, pero está ahí. Como siempre, aunque para mí añadiré que también como nunca.

12 de febrero de 2012

rompiendo las reglas.


Es cierto. Quisiera que dejases de pensar por un instante que todo esto no es realidad, sino un hermoso sueño que en cualquier momento puede acabar, y que, sin dudarlo un segundo más, te entregaras, confiaras y sonrieras. No es más lo que pido, y nada más valioso que tu alegría me puedes regalar. Es un presente sin miedo, sin obligación de ser respondido. Un tesoro, que se suele decir.

No he terminado de alcanzar todos los posibles significados que el amor puede tener en conjunto y siento que jamás lo conseguiré. Pero esa meta, el hecho de no alcanzarla, no me frustra sino todo lo contrario, me alegra puesto que me demuestra, y me demuestro, que aún no he visto nada en ese sentido y que, por lo tanto, me queda tanto por vivir y por aprender...No ha pasado tanto tiempo del principio. No hemos dado ni dos pasos y aquí estamos, un poco más y un poco menos que ayer, unidos pero diferentes. Nunca imaginé que este par de predicados sin sujeto pudieran darse en armonía. Dos almas casi tan idénticas como dos gotas de agua, pero cada gota tiene una historia, y eso es lo único que las diferencia. Pero, al mismo tiempo, también las puede complementar.

¿Cuánto se ha hablado sobre él? ¿Para cuántos libros ha dado este tema qué hablar? ¿Cuántas enrevesadas teorías se han escrito acerca de lo que es el amor, cómo conseguirlo, cómo recuperarlo, o cómo mantenerlo? Pero nunca nadie lo conocerá completamente. No importa cuántas ideas nazcan, cuántos temas surjan... El amor es un ente cambiante, tiene ciclos y estos se modifican según sea la persona en la que conviva. Hace madurar en el mejor de los casos, aunque también se vuelve posesivo y ruin cuando no se le entiende, o se le obliga a manifestarse. Por eso, lo poco que se conoce de él, es así porque lo hemos vivido, y sentido, sufrido y perdido. Aunque también ganado y aprovechado.

Este texto quiero dejar claro que va dirigido para un hombre. Un hombre que jamás me ha cuestionado, sino que ha confiado en mis locos métodos, que me ha amado tal cual soy y ha respetado mis errores y defectos sin ni siquiera querer cambiarlos. Un hombre al cual amo.

4 de febrero de 2012

día más, día menos


Respiro profundamente. He intentado sacar conclusiones de la situación en la que vivo actualmente. Nada. No me sorprende. No hay nada dentro de mí. Ya no sé llorar, y eso me hace ser insensible. Ya no se reír, y eso me convierte en un témpano de hielo. Que ría o que llore ahora no significa que sepa hacerlo, simplemente lo hago y no sé por qué, ni cómo.

Mi apuesta más firme en la actualidad es la evasión, la evasiva del deber y el creer. Respondo a las tentativas de la sociedad sin juicio ni reflexión anterior alguna sino que, simplemente, me limito a decir palabras inconexas que cazo al vuelo de la diafanidad de mi cerebro. Nadie las entiende porque no siento que quiera decir nada. No quiero decir nada.

Escribo, como siempre, como salvavidas en este naufragio sentimental. En una isla desierta sin querer preguntarme si alguien se preocupará porque no estoy entre ellos, por si estoy bien o me estoy muriendo. Y así es. Me estoy dejando morir. La visión del guerrero del pasado ya es solamente un sueño, algo que para mí jamás fue real. Mi arma se ha perdido y ahora se habla de ella como si del Santo Grial se tratase. ¿Dónde está, cuál fue, a quién derrotó y a quién perdonó la vida? Ya no importa. Es más, dejó de importar hacer mucho.

Si algo he aprendido de la vida, a buen seguro lo he olvidado. Ya no quiero tener nada que ver con lo que me rodea, tampoco con lo que no conozco. Me reservo para la observación y poco más porque si siento, se me acusa de mentir. Si sonrío, se me acusa de falsedad. Si hablo, de incongruencia e ignorancia. Si lloro, de debilidad. Pero si observo, de nada soy culpable. Si estoy de pie sin nada más que hacer, no soy criminal de la existencia.

nada es imposible


Respiro tan hondo como me permiten mis pulmones. Paz, gracias a Él, entre otras muchas cosas. Todo ha cambiado para ambos, y ahora nos complementamos como si todo se resumiera en una cadena de acciones y repercusiones en la que los dos colaboramos por igual. Hay respeto y mucho entendimiento verdadero. Ni reproches, ni existe pasado. Es partir desde aquí, con confusiones, pero felices por la perspectiva que se nos presenta en este comienzo. Y, cómo no, amor. Lloverá pero nuestra fortaleza en compás simultáneo será el refugio perfecto para pasar por debajo sin mojarnos siquiera. También habrá enfados, o caras amargas, instantes de debilidad y pasos en falso, pero nosotros las contaremos como pruebas, o como anécdotas, nunca demasiado importantes como para dañarnos. Nada hoy existe en el mundo que sea capaz de romper, o incluso rozar maliciosamente nuestra coraza, la primera buena acción que hemos hecho.

Cada uno, y hablo de ti y de mí, hemos pasado por malos tragos a lo largo de lo que llevamos vivido, solos o en compañías, y sentíamos que no éramos escuchados por mucho que alzáramos la voz. Nadie se escucha, ni se quiere oír. Nadie se encuentra porque tampoco se quiere buscar. Sin embargo, en ti está el ejemplo palpable de que no todas las almas son igual de conformistas y vacías, sino que caminan, van vagando por el mundo, analizando cada movimiento y cada reacción para acoplar a su carácter nuevas capas de lecciones en las que no caer, o volver a recaer por diversión. Ahora hemos de dejar atrás el hastío que nos envolvió antaño y abrir de par en par los ventanales de nuestros cuerpos para que entre el oxígeno, la luz y la ilusión, todo aquello en lo que ayer no creíamos, que no imaginábamos que realmente existiera y que hoy, gracias a la respiración de UNA ÚNICA PERSONA, ha cobrado vida y ha articulado su primer deseo: Eternidad, desde aquel día, hasta el final del camino. ¿Qué hay más emocionante que eso? Otras personas piensan que el amar, el estar en consonancia con otra persona, son unas cadenas demasiado gruesas para pretender vivir una vida normal, haciendo todo lo que se desea, como y cuando se desea, dar explicaciones estúpidas, vetarse lugares y frecuencias...¡Ignorancia! No tiene por qué ser así si así no queremos que sea. Si predomina la confianza, como quiero pensar que es el caso, todo lo demás es posible de hacer, se puede ser libre siendo amada (o amado), se puede una (o uno) divertir si esa otra persona también se lo pasa bien (esté o no presente físicamente), y no siempre será así, sino que también habrá tristeza y momentos de ánimo mutuo. Como veis, todo es necesario.

La vida se resume en lo que nosotros queramos; amor, amistad, fiesta, riesgo, pesimismo, optimismo, solidaridad... Cada uno solidifica su sendero y sus pisadas en base a lo que desea, a lo que quiere ser. Yo he decidido que, por ahora y espero que por mucho tiempo, esta sea mi manera de ver y vivir la vida.