Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.

25 de junio de 2011

venga.


Da igual dar dos pasos que tres, nunca parece verte. Te quedas parada y no sabes cómo actuar. Ser alguien que no eres es demasiado fácil, y dejarte llevar aún lo es más. Más tarde llegan las opiniones, las preferencias y los prototipos. Y nadie le hace un feo a unos ojos bonitos o a una sonrisa de anuncio. Nadie se tapará los ojos ante alguien que sobrepasa sus expectativas, que va, cuanto más, mejor. Ya hablemos de pechos como de abdominales. Ya de culos y culos. O de cinturitas o de unos buenos bíceps. Seamos realistas, la personalidad está sobrevalorada para la mayoría, tampoco hay que generalizar, lo sé. Pero es casi impensable pensar que le puedes gustar (hasta enamorar) a alguien, por ser tú, siendo tú misma, sin haberte convertido en alguien más para ser aceptado en la sociedad. Asique, perdona que dude que entre todo ese montón de tías que tienes detrás, justamente me prefieras a mí. Es totalmente surrealista. Y no me estoy menospreciando, sé que soy buena en muchísimas cosas que por el contrario en mi físico no se pueden demostrar, tengo ideales que no todo el mundo puede llegar a concebir, y tengo… que digo, tengo los ojos bonitos y un gran corazón. Tengo la capacidad de querer sin que ni siquiera me quieran y no me veras quejarme. Porque yo, por el contrario, tengo pocas cosas aparte de ti.

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