Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.
21 de agosto de 2011
Y seguimos como empezamos.
Yo soy de ese tipo de personas a la cual la inspiración se le desaparece cada vez que intenta plasmar lo que siente. El problema es, que la mayoría de las veces ni yo misma sé lo que siento. Mi constante inseguridad me hace temblar a cualquier palabra mayor (hablo de sentimientos) por lo tanto suelo perder el hilo en cuanto a temas de corazón, y acabo contando la vida de la vecina en primera persona. Lo mío es ocultarme tras el pronombre “ella” y así no darme por aludida cada vez que admito la vida de mierda que lleva “ella”. El primer paso supongo que seria a empezar a admitir ciertas cosas: 1.- él es diferente 2.- una parte de él, y todavía no se lo potente que es esa parte me hace odiarle y 3.- estoy incondicional e irrevocablemente enamorada de él. (Todos los parecidos a crepúsculo son pura casualidad)
Lo siguiente seria empezar a admitir que las 3 anteriores solo llevan a desesperación, lloros y mierdas por el estilo.
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