Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.

23 de agosto de 2011

no good.


Nos negamos a hacerle caso al corazón. Repetimos y contamos a amigos y familiares una y otra vez que si, que le hacemos caso, pero nunca es cierto. ¿Por qué? Yo que sé. Miedo al fracaso, miedo a intentarlo, miedo al futuro. En fin, ese tipo de cosas. Eso dice la gente, y supongo que en parte es cierto. Pero yo tengo otra teoría. Mi teoría es que nos han enseñado que hay que seguir a la razón, nos han metido en un corral, del que no podemos saltar la valla. Porque hemos aprendido a vivir pensando en las consecuencias. Y eso no es malo, gracias a eso, el mundo se mantiene en pie. Pero el corazón es libre. No está sometido a ninguna ley, ni norma, ni sugerencia. Actúa según lo que quiere. Es egoísta y a la vez altruista. Y por mucho que la reclamamos.. parece que nos da miedo la libertad, sinceramente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario