Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.

20 de abril de 2011

Tú y yo.

- ¿qué pasa?
+ tengo miedo...
- ¿de qué?
+ de no volver a ser feliz...
Se acerca a ella, le abraza y le da un beso. Ese instante le parece tan bonito que se olvida de todo, sus propósitos, sus miedos, sus escrúpulos. Poco a poco ambos se van quitando la ropa el uno al otro. Por primera vez ella se encuentra completamente desnuda entre sus brazos, mientras una luz mágica se va extendiendo por el mar e ilumina tímidamente sus cuerpos. Una joven estrella brilla curiosa y alta en el cielo. Después, en medio de un mar de caricias, del ruido de las olas lejanas, del graznido de alguna gaviota lejana, del aroma del florero, sucede. El chico se coloca con delicadeza encima de ella. La chica abre los ojos, amenazada por aquella ternura, él la mira. No parece asustada. Le sonríe, le pasa una mano por el pelo tranquilizándola. En ese momento, de la pequeña radio que hay junto a ellos, extendiéndose por toda la casa, arrecia inocente Beautiful, pero ninguno de los dos lo advierte. No saben que aquella será a partir de entonces "su canción". Ella cierra los ojos conteniendo la respiración, repentinamente arrebatada por aquella emoción increíble, por aquel dolor amoroso, por aquel mágico hacerse suya para siempre. Alza la cara hacia el cielo, suspirando, aferrándose a sus hombros, estrechándolo entre sus brazos. Luego se abandonan, delicadamente, más serena. Suya. Abre los ojos. Él está dentro de ella. Aquella dulce sonrisa ondea llena de amor sobre su cara. De cuando en cuando la besa. Pero ella ya no está allí. Aquella muchacha de ojos pardos y temorosos, de la infinidad de dudas, de los mil miedos, ha desaparecido. La chica piensa lo fascinante que le parecía cuando era niña la historia de las mariposas. Aquel capullo, aquella pequeña oruga que se tiñe de mil espléndidos colores y que, sin previo aviso, prende a volar. Se vuelve a ver de nuevo. Fresca delicada mariposa recién nacida, entre los brazos de él. Le sonríe y lo abraza mirándolo a los ojos. Luego le da un beso, tierno, nuevo, apasionado. Su primer beso de mujer.
Más tarde tumbados entre las sábanas, él le acaricia el pelo, mientras ella lo abraza con la cabeza apoyada contra su pecho.
+ no soy muy buena ¿verdad?
- eres buenísima.
+ no, me siento algo torpe. Me tienes que enseñar.
- eres perfecta.

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