a veces el dolor es una parte tan enorme de tu vida, que piensas que siempre va a estar ahí, porque no recuerdas a penas ni un momento en que no estuviera presente. Hasta que un día sientes algo diferente, algo que te perturba porque no estas acostumbrado a ello, y en ese momento, comprendes que eres feliz. La felicidad se presenta de muchas formas... en compañía de tus amigos, en la sensación que tienes cuando haces realidad el sueño de otra persona, o en la promesa de una esperanza renovada. Es bueno permitirse ser feliz, porque nunca sabes lo fugaz que puede ser esa felicidad.
aun que siempre nos empeñamos en buscarla y no nos damos cuenta que es ella la que tiene que encontrarnos, y la verdad eso será en donde menos te lo esperas, en el instituto, en el parque, en el río, en mitad de una huida... y cuando llegas descubres que hay no acaba todo, que el final de un camino, sólo es el principio de otro y lo más importante es la persona que has escogido para que camine a tú lado...
y esconderte es lo que menos te importa, lo que te importa es que estás tocando con la yema de los dedos eso que has estado soñando toda tú vida y ya sólo importa el hoy, el presente y lo que queda por venir.
por que... el límite de la felicidad se lo impone uno mismo.
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