Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.

16 de septiembre de 2011

Tiempo de cambiar. Tiempo de luchar.


+ ¿Por qué él? ¿Por qué has dicho su nombre?
- Por nada, había que romper el momento.
+ Respondeme…
- Bueno, no hay más que verte cuando estás con él. Las sonrisas, el toqueteo de pelo, el pestañeo supersónico. Vas con el neón en la frente, y se va a dar cuenta…
+ ¿Cuenta de qué?
- De que si te mira más de cinco minutos, se va a quedar enganchado a ti…
+ No voy a estar con él… Me ha rechazado, asique ya no habrá nada con él…
- Es una pena…
+ ¿Por qué?
- Verás…las chicas tenéis una tendencia rara a engancharos a los chicos que os rechazan. Si os hubierais liado igual te hubieras cansado al mes, pero así puedes estar pensando en él en todos los trenes y todos los metros de los próximos cien años...

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