Es cierto. Quisiera que dejases de pensar por un instante que todo esto no es realidad, sino un hermoso sueño que en cualquier momento puede acabar, y que, sin dudarlo un segundo más, te entregaras, confiaras y sonrieras. No es más lo que pido, y nada más valioso que tu alegría me puedes regalar. Es un presente sin miedo, sin obligación de ser respondido. Un tesoro, que se suele decir.
No he terminado de alcanzar todos los posibles significados que el amor puede tener en conjunto y siento que jamás lo conseguiré. Pero esa meta, el hecho de no alcanzarla, no me frustra sino todo lo contrario, me alegra puesto que me demuestra, y me demuestro, que aún no he visto nada en ese sentido y que, por lo tanto, me queda tanto por vivir y por aprender...No ha pasado tanto tiempo del principio. No hemos dado ni dos pasos y aquí estamos, un poco más y un poco menos que ayer, unidos pero diferentes. Nunca imaginé que este par de predicados sin sujeto pudieran darse en armonía. Dos almas casi tan idénticas como dos gotas de agua, pero cada gota tiene una historia, y eso es lo único que las diferencia. Pero, al mismo tiempo, también las puede complementar.
¿Cuánto se ha hablado sobre él? ¿Para cuántos libros ha dado este tema qué hablar? ¿Cuántas enrevesadas teorías se han escrito acerca de lo que es el amor, cómo conseguirlo, cómo recuperarlo, o cómo mantenerlo? Pero nunca nadie lo conocerá completamente. No importa cuántas ideas nazcan, cuántos temas surjan... El amor es un ente cambiante, tiene ciclos y estos se modifican según sea la persona en la que conviva. Hace madurar en el mejor de los casos, aunque también se vuelve posesivo y ruin cuando no se le entiende, o se le obliga a manifestarse. Por eso, lo poco que se conoce de él, es así porque lo hemos vivido, y sentido, sufrido y perdido. Aunque también ganado y aprovechado.
Este texto quiero dejar claro que va dirigido para un hombre. Un hombre que jamás me ha cuestionado, sino que ha confiado en mis locos métodos, que me ha amado tal cual soy y ha respetado mis errores y defectos sin ni siquiera querer cambiarlos. Un hombre al cual amo.
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