Me contaron una vez que hay personas que mienten tanto que acaban creyendo sus propias mentiras... Entonces pensé, que si sonreía tantas veces al día, tal vez acabaría creyéndome mi propia felicidad.
6 de mayo de 2012
¿Confías en mí? Pues coge mi mano ahora...o nunca.
No verás el camino a menos que decidas caminar. No sentirás la suerte si no decides arriesgar. Esto es difícil pero tiene solución, aunque los sueños se rompan siguen siendo lo que fueron. Y las sonrisas, las palabras, los momentos en nuestro rincón favorito, ¿dónde están? ¿Dónde los escondió la soledad y por qué? Esto dejó de ser lo que era cuando tomamos la determinación de complicarlo todo, cuando de lo más sencillo pasamos a los reproches, las dudas, y la ignorancia por orgullo. Y ahora... Todo eso ha quedado atrás, tal y como se planeó.
Esto raya la ilógica, incluso cuando ya no hay nada más que destruir y quedamos rendidos encima de las cenizas del ayer. No debería haber sido así, y jamás debimos permitirlo, pero el cansancio y la desconfianza hicieron mella en nuestras aspiraciones y terminaron por desfallecer. No hay culpables, al menos quedémonos con esa tranquilidad de saber que ambos fallamos por igual. Tanto tus sueños como los míos se marcharon y ahora tan sólo queda continuar.
Fuimos injustos con quien nos apreciaba, con quien nos cuidaba a su manera. Le juzgamos cuando nosotros éramos los primeros en herir, en burlar a la sensibilidad y su ilusión por vernos sanados. Y ahora caigo en que, ¿para qué? Esas ansias por no sentir nada, por saborear más tiempo el amargo veneno del naufragio... ¿Qué nos ha reportado? Y lo peor es que parece que, por primera vez, no podemos volver hacia atrás.
Sé que no regresarás, que no volverás a ser aquel niño pequeño del principio que se sentía libre y que me hacía sonreír con su sencillez. No volverán los días mágicos en los cuales nos peleábamos por ver quién ganaba en inocentes guerras de ego, o cuando de lo más estúpido podíamos sacar un mundo del que opinar ambos por igual.
¿Verdad que te has ido y no vas a volver? ¿Verdad que me odias y que, en el fondo, todo esto fue solamente un juego para ti? Por una vez, me gustaría que fuese afirmativo. Así al menos uno de los dos podría seguir con su existencia, aun a pesar de que su escapatoria ha sido una excusa. Pero esto va a continuar así, ¿cierto? Cada día más cerca del abismo, cada día con el agua más al cuello, cada maldito segundo que pase más entre la espada y la pared debatiendo si ser sinceros, o seguir siendo indiferentes.
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